martes, 21 de octubre de 2008

LA PERSPECTIVA DE GURDJIEFF

George Gurdjieff, maestro mítico, filósofo, escritor y compositor de finales del S. XIX de la Armenia Rusa, su máximo exponente es la Figura del Tigre del Turkestán. La evolución del hombre es el resultado del crecimiento interior individual y tal apertura interior es la meta de todas las religiones., de todos los caminos que requiere un conocimiento directo y preciso a través del trabajo de sí mismo adquirido a través de la experiencia. Idea que fusiona en el concepto de Eneagrama, símbolo geométrico compuesto por nueve elementos (números) ubicados dentro de un círculo.

LA IRA. –El reformador- Buscan la perfección y hablan en términos del bien/mal.
EL ORGULLO. –El ayudador-Dan fingiendo no esperar, pero precisan agradecimiento.
LA VANIDAD. –El exitoso- Consiguen lo que proponen brillando en ello.
LA ENVIDIA. –El investigador- Están muy pendiente de los demás y creen que nunca tendrán aquello de lo que carecen.
LA AVARICIA.-El individualista-No salen de su escondite hasta estar bien seguros de que tendrán suficiente energía.
EL MIEDO. –El leal- Imaginan los peores escenarios, fingidores de autoconfianza.
LA GULA. –El entusiasta- Huyen del presente, planificando futuros y lo hacen constantemente, evitan el dolor en todas sus formas.
LA LUJURIA O EL EXCESO.-El desafiador-Van por la vida necesitando ser fuertes y prevalecer sobre las circunstancias.
LA PEREZA.-El pacificador- Entienden todas las opciones y es muy difícil discutir con ellos, pues evitan como pueden el conflicto.

A través de estos nueve elementos llegas al autoconocimiento personal aprendiendo a saber a que tipo pertenecemos, por esa razón, Gurdjief cada nueva idea asimilada genera cambios en el proceso de individuación que nos hace comportarnos de una forma o de otra dentro de los nueve puntos del Eneagrama.
El verdadero propósito de la vida es una tarea que continua hasta el final: el desarrollo del ser humano del modo más completo posible. Esto produce algo de valor inestimable e imperecedero, es la paz interior y con ello la forma más alta de “felicidad”.

Quienes han prestado la atención debida a sus impulsos interiores sienten con claridad que necesitan convertirse en uno mismo. Hasta entonces nos hemos preocupado de nuestra profesión, familia, educación… pero la profundización interior se produce después, la etapa de encontrarse consigo mismo. Se siente la necesidad de un cambio, de romper con lo viejo a fin de saborear lo nuevo y de poner en relieve la propia individualidad.
Es como si en ese proceso final “lograras entender” las cosas, como si estuviéramos siguiendo el curso adecuado por la vida con los principios ideales o correctos. No todo el mundo experimenta conscientemente estos cambios. Dependerá de la actitud consciente y del modo en que ha sido asimilados las experiencias previas.

Las tensiones – miedos- que depara la vida significa que debe trabajar más su propia individualidad. Por esa razón, Gurdjieff identifica nuevas ideas con cambios, muerte de lo anterior y miedo a lo después. ( Léase "El pato Donald y el budismo Zen" de Alejandro Jodorowsky).

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