Mientras regresaba a mi casa
después de una tarde tertuliana, en mi mente, me venía una frase que un hombre
me dijo en su momento hace un par de años: “PACIFICA TU EXISTENCIA”. Vive, sencillamente
vive.
Mucha gente tiene “dotes
extraordinarios”, de usar en términos alegóricos y parábolas para describirte
un problema o un reto que tienes. La realidad es que puede ser desesperante,
pero con el tiempo te das cuenta que hay aspectos que no se pueden decir de
otro modo ya que, de no hacerse así serían ininteligibles para nuestra mente
por la tópica social y embrutecido por el consumismo.
Años atrás, vivía “desplazada” hacia
el futuro. Era agotador, me estresaba
el presente y me solía acarrear somatizaciones emocionales que cristalizaban en
algún tipo de enfermedad. Quizá ahora
también lo esté, pero desde luego que mucho menos. Con el tiempo, te das
cuentas que cuando el futuro es muy apetecible significa que tu presente está
falto de iniciativa, no tienes gobierno sobre tu hoy. Dado que solo tenemos soberanía y poder
sobre el presente, si te desplazas al futuro es un graco error. El futuro vendrá al presente, pero solo
cuando le toque. Podemos manipular, limitadamente, esa alternativa temporal,
pero solo desde el presente vivido con todo nuestro poder, no mediante una
existencia fantasiosa que habite un dudoso porvenir.
Si una realidad no te gusta,
actúa sobre ella si puedes y si no, entiéndela y rodéala para seguir tu camino.
Deja fluir las situaciones y circunstancias, desdramatiza el presente para
hacerlo más habitable y da tiempo al tiempo para que lo que mereces venga a ti
a su hora y con su ritmo. Simplemente,
vive el presente plenamente sin contar, cuidadosamente, los agravios y
sinsabores del hoy, de lo cotidiano. Los seres humanos llevamos un exhaustivo
registro de los agravios recibidos, pero con igual diligencia, olvidamos todo
lo bueno que recibimos a diario y luego, ocurre lo que ocurre, sencillamente, “NO
VIVIMOS”.
Las cosas vendrán a tu vida
cuando toquen o, sencillamente, no vendrán, pero si estás abierta a otras
posibilidades, esa carencia no lo será tanto pues otra bueno ocupará su lugar
para que sigas tu camino.
La vida es un camino de
aprendizaje, y hay que estar preparados para “dejar” que las cosas nos
abandonen cuando deben hacerlo. Nos abandonarán los padres, cuando mueran, y lo
mismo pasará con el paisaje y paisanaje que iremos conociendo por el camino.
Porque la esencia de la vida es el CAMBIO. Todos cambiamos y evolucionamos.
Por eso, “No fijes tu precio por el
resultado de tu esfuerzo. Los esfuerzos van y vienen, pero el oro es oro”.
-Su Autora-.